Ayer, viernes 27, cumplí mi día número 14 de aislmiento total en casa.
Primero doy gracias a Dios y a todas las personas de la salud, que son los Ángeles de Dios en la tierra, por estar vivo, por estar bien. Y también gracias porque pude con este aislamiento, y porque voy a poder seguirlo los días que me quedan hasta tener el alta definitiva. Cumplí lo que me propuse, primero superar la internacionalización y después el aislamiento de 2 semanas. El próximo objetivo es seguir con este aislamiento hasta que los próximos hisopado den negativos también. Más menos, esta semana próxima voy a cumplir esta meta.
Soy un bendecido por Dios, estoy sobrellevando en forma óptima esta enfermedad que causa tantos fallecidos. Por eso mi respeto por las personas fallecidas y por sus familiares. Y es ese respeto, lo que debe llevarnos a cumplir al 100% las medidas de aislamiento que nos pide el y los gobiernos.
Hoy vemos lo que sucede en muchos países donde este virus están arrasando muchas vidas.
No seamos necios, Dios nos está mostrando lo que no debemos hacer y , también, lo que si debemos hacer.
Hay una sola medicina para evitar mayores sufrimientos, y se llama AISLAMIENTO SOCIAL.
Todos los sabemos, muchos, yo diría la mayoría lo entiende y lo cumple. Otros, unos pocos, no quieren saber o no quieren comprender, o descreen de la letalidad de esta enfermedad.
Más allá de quien quiere ver o no, esta pandemia, nos quiere dejar una enseñanza, nos quiere cambiar nuestro paradigma de vida, quiere que dejemos nuestro egocentrismo y nos transformemos en individuos sociales, donde tomemos conciencia de que lo más importante que tenemos es el OTRO, el PROJIMO.
Hoy es el día de empezar a reconocernos en el otro. Hoy es el día de decirnos: en la medida en que yo cuide a la persona que está frente a mi, me estoy cuidando yo.
Hasta diría, que haciendo honor a ese individualismo que reina en nuestras sociedades, a ese me salvo yo y lo demás no importa, a como dice una letra de tango, « primero yo y siempre primero yo » ; hoy , más que nunca, debo cuidar a mi semejante.
Hoy, ahora, ya, este el momento, desde cada uno de nuestros lugares debemos decir, yo soy el otro, pero no como frase hecha o de moda, sino, como un sentimiento que surge de lo más profundo de nuestro ser.
Soy un convencido de nuestra capacidad para aprender y APREHENDER. No me cabe duda que estamos frente a un cambio cultural y social que nos va a hacer personas mucho mejores, más solidarios, respetuosos de la vida, más empaticos.
Vamos a revalorizar y cuidar nuestro hogar, la tierra, porque vamos a entender que nuestro mundo no nos pertenece, sino que es un prestamos que nos hacen.las próxima generaciones, un préstamo que debemos utilizar con responsabilidad.
Vivamos con alegría, con valores, con amor y con responsabilidad, para que cuando nos toque partir, podamos decir: hice las cosas más o menos bien.
Parafraseando a Robert Baden Powell, creador del movimiento Scout « Dejemos un mundo mejor que el que encontramos».
Dios nos